lunes, 1 de febrero de 2016

Síndrome de Pandora

El término "Síndrome de Pandora" surge a raíz del artículo de Buffington CA titulado "Idiopathic Cystitis in Domestic Cats—Beyond the Lower Urinary Tract". Según este autor este síndrome englobaría un conjunto de patologías crónicas, recurrentes e idiopáticas que afectan a la función de diversos órganos.

Pero, ¿por qué es tan importante?. La importancia de este artículo es que mejora nuestra visión a la hora de enfocar un nuevo caso, permitiendo un mejor planteamiento terapéutico en los casos mencionados. De forma habitual se realiza el diagnóstico y el tratamiento de diversas patologías enfocándolo en el órgano u órganos afectados y así por ejemplo, en el caso de una neumonía nos centramos en los pulmones y en una cistitis en el aparato urinario, pero nos olvidamos de dar una visión integral ya que el estrés que padece el animal (incluído el hombre) puede facilitar la aparición, complicar, perpetuar o incluso ser el origen de diversas patologías (cistitis idiopática en gatos, asma felino, psicodermatosis, etc).

Para poder diagnosticar un Síndrome de Pandora debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
  • Los síntomas que presenta el paciente son de carácter crónico, es decir, son síntomas que llevan manifestándose meses o incluso años en muchos casos.
  • Además de los signos asociados a un órgano determinado por los que el paciente se presenta en la consulta, pueden identificarse otros signos que hacen referencia a la afectación de otros órganos. En el caso de los gatos con signos de cistitis idiopática se han descrito combinaciones con signos de tipo gastrointestinal, pulmonar, cutáneo, cardiovascular, neurológico, endocrino e inmunológico.
  • La severidad de los signos clínicos es variable. Pueden, incluso, aparecer y desaparecer en función del nivel de estrés al que está sometido el paciente.
  • La historia del paciente es fundamental. La susceptibilidad o resistencia al estrés de un individuo depende de la genética (es decir, de lo que le transmiten sus padres; sabemos por ejemplo que los gatos persas toleran peor el estrés) y del ambiente en el que se ha criado (lugares más o menos ruidosos, presencia de otros animales…). Debemos indagar en la historia del paciente y, si es posible, en la de sus padres para obtener información sobre sus experiencias previas. Tanto los sucesos traumáticos externos (del medio ambiente) como los internos (viscerales) dan lugar a la activación del SRS (sistema central de respuesta al estrés) y desencadenan una serie de respuestas a nivel de los sistemas nervioso, endocrino e inmunitario que pueden explicar el número, la localización y la variedad de los problemas de salud que pueden padecer los pacientes estresados. En el caso concreto de los gatos con cistitis idiopática, se ha estudiado que a nivel nervioso se da una mayor actividad en el locus coeruleus, lo que hace que el sistema nervioso simpático se encuentre más reactivo pudiendo ocasionar alteraciones intestinales, dermatológicas, endocrinas, neurológicas, inmunológicas y de comportamiento. A nivel hormonal, se ha comprobado que sus cortezas adrenales son de menor tamaño por lo que ante estímulos estresantes, se detectan aumentos de la CRH y la ACTH pero no de las hormonas córticoadrenales. A nivel inmunológico se desencadena lo que se conoce como ‘sickness behaviour’ (comportamiento de enfermedad), que son una serie de signos clínicos inespecíficos que pueden aparecer en el gato tanto cuando tiene un problema físico, como ambiental (menor actividad, menor acicalamiento, menor interacción social, fiebre, letargia, somnolencia, anorexia o hiporexia, vómitos, diarrea…)
  • Aplicar medidas de enriquecimiento ambiental adecuadas siempre ayudan a resolver los signos clínicos.

El pronóstico de un Síndrome de Pandora dependerá de lo comprometido que esté el dueño con la causa, de la facilidad que tenga para modificar favorablemente el ambiente del gato y de la condición física del paciente. Se debe tener en cuenta que puede haber recaídas si se producen estímulos estresantes fuertes.

Esto que Buffington explico en el caso concreto de la cistitis idiopática felina se puede extrapolar a otras patologías felinas crónicas e incluso a otras especies, en las cuales el estrés del animal puede jugar un importante papel:
  • Humanos: psoriasis, rosácea, acné, vitiligo, herpes, alopecia, eccema y dermatitis seborreica.
  • Perros: dermatitis acral, tailchasing, lamido de los flancos, papilomatosis, demodicosis. 

En cualquier caso y aunque exista una causa orgánica en la enfermedad estudiada, no debemos infravalorar el estrés, debiendo prestar especial atención al control del mismo ofreciendo a nuestros animales una alimentación adecuada, enriqueciendo el ambiente, ofreciendo ejercicio y juego, etc. Es bien conocido en medicina humana que reducir el estrés y mejorar el estado de animo reduce la convalecencia de los pacientes y mejora el resultado de los tratamientos.

Bibliografía:
  • www.gattos.net/images/Publicaciones/Isabel/.../ElsindromedePandora.pdf
  • http://argos.portalveterinaria.com/noticia/10182/articulos-archivo/cistitis-idiopatica-felina:-sabemos-a-que-nos-enfrentamos.html